• Entra en la consulta, con cierta dificultad, un hombre de 52 años con una muleta y con aspecto descuidado, que acude para la revisión anual de su medicación crónica, que toma para el control de dolor y para la depresión.
• Tiene la tensión ligeramente elevada, sobrepeso, fuma dos cajetillas de tabaco al día y no realiza actividad física.
• Se exploran sus gustos y fortalezas, que pueden ser de utilidad para combatir el sedentarismo, el aburrimiento y la tristeza, así como para tener un mayor control sobre su propia salud.
• Se le acompaña en su proceso de cambio de forma coordinada entre medicina y enfermería con el apoyo de otros agentes de salud del barrio.
• Teniendo en cuenta sus gustos y preferencias, y de forma consensuada, se plantean posibles cambios en los estilos de vida de forma contextualizada y se realiza recomendación de activos para la salud.
• Actualmente no fuma, cocina y mantiene el peso. No toma antidepresivos, sigue con medicación analgésica a dosis muy bajas, está haciendo en pequeños tramos el camino de Santiago con su mujer y está ayudando a otras personas a dejar de fumar.