Rocío Gil Pérez, Isabel María Avila Rodríguez, Mª José Molero Pardo
Desde que entramos en las Escuelas Universitarias de Enfermería nuestra preparación va encaminada a salvar vidas y a luchar denodadamente contra la enfermedad y la muerte. Lo cual nos da idea de lo difícil que puede llegar a ser enfrentarnos con ésta de una forma continuada. Cuidar del paciente moribundo y de sus familiares supone una situación altamente estresante, porque pone frente a nosotros nuestra propia condición de mortal, refleja el fracaso de nuestra lucha, a la vez que puede resultar también gratificante, haciéndonos sentir orgullosos de ser enfermeras. Se presenta el relato de una enfermera, con 21 años de experiencia profesional en servicios de oncología, en el que nos explica sus vivencias, la evolución de sus sentimientos, así como su trayectoria profesional.
Since we start our nursing education, our preparation is aimed at saving lives and fighting indefatigably against both illness and death. As it can be implied, it is extremely hard facing death in a continuous way. Taking care of a dying patient as well as his or her relatives becomes a highly stressing situation since makes us aware of our own mortal condition and reflects the failure of our struggle. However, it may also turn out to be a gratifying experience, making us proud of being nurses.
Here it follows the story of a nurse who, after 21 years of experience in oncology, explains us her experiences, the evolution of her feelings as well as her professional career.