El cáncer es una patología cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Con la aparición de nuevos tratamientos se ha avanzado hacia la curación pero también hacia la cronicidad. Hay pacientes que conviven con la enfermedad durante años y requieren numerosos ingresos, necesitando multitud de cuidados enfermeros en todas y cada una de las fases de su enfermedad. Todo ello, hace de la enfermera en oncología una pieza indispensable, pero por otra parte, los profesionales que nunca han trabajado en este servicio, sienten cierto miedo a hacerlo, tanto por las técnicas específicas como por tener que enfrentarse a algo más difícil, como es trabajar con pacientes con mal pronóstico y a veces, mala calidad de vida.
Esta visión particular de una enfermera oncológica pretende acercarnos esa realidad, disipando el miedo a lo desconocido y la idea de que es un trabajo donde predomina la tristeza o la impotencia.
The cancer is a more and more frequent pathology in our society that despite the growth of new treatments has moved forward the healing but also forward the chronicity. There are patients that live with the disease for years and need many admissions apart from a lot of nursing care in every phase of the disease. This all makes the oncology nurses be an essential piece on the process, but on the other hand, the health professionals who have never worked in this service may become frightened of doing it, by both the technical skills and the fact that they have to face the reality that to work with bad prognosis patients and sometimes with a poor quality of life means.
This particular view of an oncology nurse tries to bring us closer to that reality, dispelling the fear of the unknown and the idea of a job that is mainly sorrow or helplessness.