Antonio Arribas Cachá
El hecho de que la enfermería constituya actualmente una disciplina científica, sometida al rigor académico de la formación universitaria para la obtención de su titulación de grado y la posibilidad de acceso a las más altas cualificaciones universitarias de posgrado (máster y doctorado), son cuestiones conocidas, reconocidas y reguladas en nuestro país.
Esta consideración de la enfermería como disciplina científica lleva aparejada la existencia de una serie de responsabilidades y requisitos de necesario cumplimiento por parte de la profesión, que es necesario tener siempre en cuenta para mantener el actual estatus.
Entre estos requisitos se encuentra la necesidad de disponer de un cuerpo de conocimientos propios de enfermería que sirva de soporte para el desarrollo de nuestra práctica profesional. Este cuerpo de conocimiento engloba los conocimientos específicos de nuestra disciplina, dotados de la mayor evidencia científica posible en cada momento.
La consecución de este requisito, pasa inexorablemente por el desarrollo de una de las cuatro funciones básicas definidas en nuestra profesión, que no es otra que la función investigadora.
La elaboración de trabajos y estudios rigurosos, planificados y desarrollados siguiendo el método científico, que permitan aportar resultados y conclusiones claras, concretas y fiables sobre el cuidado enfermero, constituye el recurso básico que disponemos los profesionales de enfermería para aportar las evidencias necesarias sobre la validez de los conocimientos de nuestra disciplina que conforman nuestro propio cuerpo de conocimientos.
La investigación no sólo permite la generación de los conocimientos necesarios para la elaboración y establecimiento de ese cuerpo de conocimientos propios de la enfermería, sino que también permite dar respuesta a la necesaria e imprescindible labor de revisión y actualización de los contenidos existentes, que les permitan mantener su validez, así como la incorporación de nuevos conocimientos que van engrosando los ya existentes para su crecimiento y desarrollo.
Hay que tener en cuenta que el conocimiento es un elemento dinámico, cambiante, en continua evolución y adaptación a la realidad y las nuevas circunstancias y a los recursos disponibles. Este hecho permite entender como el cuerpo de conocimientos propios de cualquier disciplina precisa estar también en continua revisión, actualización y crecimiento para que la profesión pueda disponer de un marco competencial cada vez de un mayor y un reconocimiento social en consonancia a su labor.
En este sentido, parece conveniente recordar la estrecha relación existente entre el marco de competencias, autonomía y responsabilidad reconocidas a una profesión, y su cuerpo propio de conocimientos que las avala.
Las competencias reconocidas a una profesión van a depender de diversos aspectos, entre los que figura como primer elemento básico e imprescindible la existencia de conocimientos contrastados que avalen la efectividad y seguridad en la ejecución de las mismas por parte de sus profesionales. Esto hace que el marco de competencias reconocido a una profesión está directamente relacionado con el desarrollo de su cuerpo de conocimientos propios.
Pero si la enfermería es una disciplina científica que debe generar el conocimiento necesario que respalde su existencia, también es una profesión práctica, no es una profesión teórica, lo que significa que su objetivo último es la prestación de servicios a la comunidad, en el caso concreto de la enfermería, la atención a las necesidades de cuidados profesionales de la población para mejorar su salud.
Esto supone que a la enfermería no le basta con la generación y actualización de conocimientos, desarrollos teóricos, sino que debe llegar a implementarlos en la práctica clínica diaria, en beneficio de la salud de la población. Debe aplicar los desarrollos en la práctica, para cumplir el objetivo final que tiene establecido.
Es fácil entender en estos momentos la íntima relación que se establece entre los desarrollos teóricos y prácticos, entre el crecimiento de la enfermería como disciplina y como profesión, de manera que uno sin el otro no tiene sentido:
La generación de conocimientos teóricos no cumple su objetivo si no se aplican en la práctica enfermera.
La práctica enfermera no puede ejecutarse sin estar basada en los conocimientos contrastados.
Para ello, si la investigación es la clave que permite dar respuesta a la necesidad de generar estos conocimientos contrastados, la socialización controlada de estos conocimientos entre los profesionales a través de jornadas, congresos, seminarios o revistas científicas, en los que comités científicos se encargan de revisar y garantizar los contenidos difundidos, son los que van a permitir incorporarlos en programas, protocolos y/o procedimientos y aplicarlos en la práctica enfermera.
En esta labor de contribuir a la difusión controlada del conocimiento propio generado por la enfermería entre sus profesionales es en la que se sitúa la revista científica “Conocimiento enfermero” que hoy comienza su andadura pública.
Pretende ser una herramienta a disposición de los profesionales de enfermería que sea ampliamente utilizada, y en la que puedan exponer y difundir, con las garantías y avales necesarios, los conocimientos generados en beneficio de la profesión y la salud de la población a la que nos debemos.
Antonio Arribas Cachá.
Dirección
The fact that nursing is currently a scientific discipline, subject to the academic rigor of university education to obtain a degree and the possibility of access to the highest postgraduate university qualifications (masters and doctorate), are known, recognized and regulated issues in our country.
This consideration of nursing as a scientific discipline entails the existence of a series of responsibilities and requirements that must be fulfilled by the profession, which must always be taken into account in order to maintain its current status.
Among these requirements is the need to have a body of nursing knowledge that supports the development of our professional practice. This body of knowledge encompasses the specific knowledge of our discipline, endowed with the best possible scientific evidence at all times.
The achievement of this requirement inexorably requires the development of one of the four basic functions defined in our profession, which is none other than the research function.
The development of rigorous work and studies, planned and developed following the scientific method, which allow us to provide clear, concrete and reliable results and conclusions on nursing care, constitutes the basic resource available to nursing professionals to provide the necessary evidence on the validity of the knowledge of our discipline that make up our own body of knowledge.
Research not only allows the generation of the necessary knowledge for the elaboration and establishment of this body of nursing knowledge, but also allows us to respond to the necessary and essential work of revision and updating of the existing contents, which allows them to maintain their validity, as well as the incorporation of new knowledge that swells the existing ones for their growth and development.
It must be taken into account that knowledge is a dynamic, changing element, in continuous evolution and adaptation to reality, new circumstances and available resources. This fact makes it possible to understand how the body of knowledge of any discipline also needs to be in continuous revision, updating and growth so that the profession can have an increasingly greater competency framework and social recognition in line with its work.
In this sense, it seems appropriate to recall the close relationship between the framework of competencies, autonomy and responsibility recognized to a profession, and its own body of knowledge that supports them.
The competencies recognized to a profession will depend on various aspects, among which the first basic and essential element is the existence of proven knowledge that guarantees the effectiveness and safety of its professionals in the execution of their work. This means that the framework of competences recognized to a profession is directly related to the development of its own body of knowledge.
But if nursing is a scientific discipline that must generate the necessary knowledge to support its existence, it is also a practical profession, not a theoretical profession, which means that its ultimate goal is the provision of services to the community, in the specific case of nursing, the attention to the professional care needs of the population to improve their health.
This means that nursing does not only need to generate and update knowledge and theoretical developments, but also to implement them in daily clinical practice, for the benefit of the health of the population. It must apply the developments in practice, in order to fulfill the final objective it has established.
It is easy to understand at this time the intimate relationship that is established between theoretical and practical developments, between the growth of nursing as a discipline and as a profession, so that one without the other makes no sense:
The generation of theoretical knowledge does not serve its purpose if it is not applied in nursing practice. Nursing practice cannot be executed without being based on contrasted knowledge.
Therefore, if research is the key to meeting the need to generate this proven knowledge, the controlled socialization of this knowledge among professionals through conferences, congresses, seminars or scientific journals, in which scientific committees are responsible for reviewing and guaranteeing the contents disseminated, will make it possible to incorporate them into programs, protocols and/or procedures and apply them in nursing practice.
In this task of contributing to the controlled diffusion of the own knowledge generated by nursing among its professionals is where the scientific journal "Nursing Knowledge" is located, which today begins its public journey.
It aims to be a tool available to nursing professionals that is widely used, and in which they can expose and disseminate, with the necessary guarantees and endorsements, the knowledge generated for the benefit of the profession and the health of the population to which we owe.
Antonio Arribas Cachá.