OBJETIVOS: Analizar la utilidad de las láminas de Ishihara en el contexto de una valoración oftalmológica con el fin de detectar discromatopsias en los ancianos, y evaluar la posible relación de dichas discromatopsias con la toma de algunos fármacos y con otras afecciones oculares y generales frecuentes en ese grupo de edad.
MÉTODOS: Se estudiaron dos grupos de ancianos: 88 personas que acudían a un Hogar de Tercera Edad y 41 residentes válidos de una Residencia de Pensionistas. La agudeza visual se valoró mediante los optotipos de Snellen y la visión cromática mediante las láminas de Ishihara. La exploración de polo anterior y fondo de ojo fue efectuada por el oftalmólogo tras dilatación pupilar con un oftalmoscopio directo. La presión intraocular se midió con un tonómetro de aplanamiento corneal portátil de Perkins.
RESULTADOS: Cinco pacientes estaban previamente diagnosticados de glaucoma y otras 12 personas tenían aumento de presión intraocular uni o bilateral. El número de ciegos legales fue de 2 (1,6%) y el de personas con baja visión de 30 (23,2%). Se encontraron 15 casos (11,6%) con discromatopsia: seis con deficiencia en la discriminación del rojo-verde, siete con ceguera total para los colores y dos con discromatopsia inclasificable según las tablas de Ishihara. Las 15 personas con visión anormal de los colores tenían una agudeza visual significativamente peor en ambos ojos (P< 0,01) que las que no tenían discromatopsia. No hubo diferencias entre las presiones intraoculares ni entre las patologías oculares o generales o los fármacos tomados por los ancianos con discromatopsia o sin ella.
CONCLUSIONES: La discromatopsia en los ancianos parece estar en relación fundamentalmente con un déficit de agudeza visual, en especial en los casos de ceguera total para los colores.
Las láminas de Ishihara pueden ser aplicadas a la gran mayoría de las personas mayores, pero la información que aporta el estudio de las discromatopsias en la ancianidad con este método es limitada.
GOALS: To ascertain the usefulness of the Ishihara plates together with an ophthalmologic assessment for finding cases of color blindness among the elderly, and to analyze the possible relationship of color blindness with the intake of some drugs and with suffering from eye and internal diseases that are common among the elderly.
METHODS: Two groups of elderly subjects were studied: 88 people who attended regularly a Day Retirement Center, and 41 who were living in a Home for elderly valids. Visual acuity was assessed with the Snellen charts, and color vision was studied with the Ishihara plates. The inspection of the anterior chamber and funduscopy were done by the ophthalmologist with a direct ophthalmoscope after pupillary dilation. Intraocular pressure was measured by corneal flattening with a Perkins'' portable tonometer.
RESULTS: Five patients had been diagnosed with glaucoma, and 12 other subjects were found to have high intraocular pressure in one or both eyes. There were 2 subjects (1.6%) who were legally blind, and 30 (23.2%) more who had low visual acuity. Fifteen (11.6%) cases were found to have color blindness: 6 with a red-green deficiency, 7 with total color blindness, and 2 with a color deficiency unclassifiable with the Ishihara plates. The 15 subjects with abnormal color vision had a significantly worse (P < 0.01) visual acuity in both eyes than subjects with no color vision deficit. There was no difference in intraocular pressure, intake of drugs or suffering from other eye abnormalities or internal diseases between people with color deficit and the remainder.
CONCLUSIONS: Color blindness among the elderly seems to be mainly related to low visual acuity, especially in cases of total color blindness.
The Ishihara plates can be used in the majority of aged subjects, but the information obtained with those plates when studying color blindness among the elderly is limited.