• Uno de los cambios más destacados es el de la inclusión de agendas mixtas, en la que se incorpora, a la ya existente consulta presencial, la consulta telefónica. Esta última se caracteriza por el triaje previo para descartar pacientes con sintomatología propia de la COVID-19.
• Los profesionales de la odontología pertenecen al colectivo sanitario de alto riesgo ante el SARS-CoV-2 (NR4), por el uso, en gran parte de sus intervenciones, de aparatología que desprende aerosoles.
• Se hace necesaria la aplicación de medidas de protección de los profesionales mediante la utilización de equipos de protección individual adecuados a la actividad que se va a realizar, siendo consideradas de alto riesgo todas aquellas en las que se generan aerosoles: tartrectomías, selladores, tratamiento restaurador y exodoncias quirúrgicas, entre otras. Se debe implementar el uso de barreras mecánicas y aspiradores de alto flujo si van a realizarse estas prestaciones.
• La formación y actualización de los conocimientos sobre la COVID-19, especialmente en lo referente a las vías de transmisión y medidas para su prevención en el ámbito odontológico donde se usan aerosoles, debe ser imprescindible para las unidades de salud bucodental.