• En el diagnóstico del tromboembolismo pulmonar (TEP) es primordial tener una alta sospecha clínica, detectar los posibles factores de riesgo existente y aplicar protocolos de probabilidad clínica que permitan realizar un diagnóstico rápido y preciso.
• Si la probabilidad clínica preprueba para TEP es baja y el dímero D es normal, no se requiere más estudio ni está justificado el tratamiento, ya que el valor predictivo negativo (VPN) es del 99%.
• Si la probabilidad pretest es alta o el dímero D está elevado, se debe realizar una angiografía con tomografía computarizada (angio-TC), que tiene una sensibilidad y especificidad mayores del 95% con un VPN a 3 meses del 99%.
• En pacientes con contraindicación absoluta para la administración de medio de contraste por anafilaxia o insuficiencia renal se puede utilizar, como alternativa a la angio-TC, la gammagrafía de ventilación/perfusión si no hay opacidades parenquimatosas ni derrame pleural que interfiera en la interpretación (examen de primera línea durante el embarazo por la menor radiación).
• La estratificación del pronóstico del TEP es fundamental para la elección del mejor tratamiento. La mortalidad del TEP de riesgo alto es mayor del 15%, con cifras superiores al 60% en casos de paro cardiocirculatorio o shock. El TEP de riesgo intermedio presenta una mortalidad del 1% al 15% y el TEP de riesgo bajo tiene una mortalidad menor del 1%.
• El tratamiento recomendado del TEP de riesgo bajo o intermedio-bajo es la administración de heparina de bajo peso molecular o fondaparinux por vía subcutánea, generalmente durante 5 días asociada desde el primer día a anticoagulante oral antivitamina K o dabigatrán o edoxabán. Si se solapa con apixabán (mayor dosis 7 días) o rivaroxabán (mayor dosis 3 semanas) se inicia directamente o 1-2 días después de la heparina.