Ana Isabel López Alonso , Cristina Liébana Presa , Leticia Sánchez Valdeón , Mercedes López Aguado, Marta Quiñones Pérez, María Elena Fernández Martínez
Introducción: Los estudiantes universitarios se encuentran en un momento crucial de sus vidas en lo que respecta a la adquisición de un estilo de vida saludable. Para esto es necesario que obtengan un equilibrio entre las demandas universitarias (compromiso académico) y el tiempo libre.Objetivos: Describir las relaciones entre ocio, engagement y salud.Método: Diseño de encuesta cuantitativa, no experimental. 1.142 estudiantes completaron los cuestionarios sobre ocio, salud y engagement. Se realizaron análisis descriptivos, de correlación lineal y ANOVA sobre los datos obtenidos.Resultados: 960 estudiantes participaron en actividades de ocio activo con actividad física durante la semana (3–9 horas) y 1.021 los fines de semana (3–8 horas); 1.084 se dedicaba al ocio activo sin actividad física de lunes a viernes (4–14 horas) y 1.109 los fines de semana (7–16 horas); 1.049 se dedicaron al ocio pasivo todos los días (2–7 horas) y 997 los fines de semana (3–8 horas) de inactividad, mientras que 748 estuvieron inactivos durante la semana (1–5 horas) y 745 los fines de semana (2–4 horas). Las mujeres pasaron menos tiempo libre durante la semana, obtuvieron puntajes más altos de engagement y una peor salud percibida. Encontramos relación negativa entre la salud y el engagement y el ocio.Conclusiones: Los estudiantes estaban comprometidos y gozaban de buena salud, lo que indica que un alto engagement y actividades de ocio están asociadas con una mejor salud percibida. Las universidades deben esforzarse por convertirse en entornos más saludables revisando sus planes de estudio, promoviendo el compromiso y ofreciendo un programa de ocio atractivo.
Introduction: University students are at a crucial time in their lives as regards acquiring a healthy lifestyle. For this it is necessary that they obtain a balance between the times used to the university demands (academic engagement) and the leisure time, as recovery time. Objectives: To describe the relationships between leisure, engagement and health. Method: We employed a quantitative, non-experimental survey design. 1.142 students completed the questionnaires on leisure, health and engagement. Descriptive, linear correlation and ANOVA analyses were performed on the data obtained. Results: 960 students engaged in active leisure with physical activity during the week (3–9 hours) and 1.021 at the weekend (3–8 hours); 1.084 engaged in active leisure without physical activity from Monday to Friday (4–14 hours) and 1.109 at the weekend (7–16 hours); 1.049 engaged in passive leisure every day (2–7 hours) and 997 at the weekend (3–8 hours) idleness, while 748 were idle during the week (1–5 hours) and 745 at the weekend (2–4 hours). Women spent less time of leisure during the week, scored higher of engagement and had poorer perceived health. We found a negative relationship between health and engagement and leisure. Conclusions: Students were engaged and in good health, indicating that high engagement and leisure activities are associated with better perceived health. Universities should strive to become healthier settings by revising their curricula, promoting engagement and offering an attractive leisure programme.