La aparición del brote de COVID-19 (coronavirus infec-tious disease-19), reportado por primera vez en Wuhan, Hubei, (China) está teniendo graves consecuencias a todos los niveles. Debido a la naturaleza altamente infecciosa del coronavirus, su rápida propagación ha puesto en riesgo de colapso sanitario a multitud de países. Mientras se extendía por todo el orbe terráqueo, se constataba que afectaba con mayor virulencia a las personas de mayor edad. Y en nuestro país, el coronavirus ha golpeado con dureza al sistema de cuidados a personas mayores, “cuarto pilar básico” del Estado de Bienestar, destapando graves carencias en el sistema de protección a la dependencia. Una situación de evidente dejadez y abandono, reflejo de un cierto “poso” discrimina-torio hacia los “mayores” [Fragmento de texto].