La transmisión del SARS-CoV-2 es un problema de Salud Pública de máxima importancia que está influido por diversos factores. Recientemente se ha planteado la hipótesis de que esta transmisión puede reducirse durante el verano debido a la temperatura cálida. Por otro lado, se está estudiando la posible relación entre el elevado número de contagios de SARS-CoV-2 y la contaminación atmosférica.
Dicha relación ya fue probada durante el brote de SARS en 2002. En este artículo se revisó la evidencia científica hasta la fecha en relación con la posible influencia de la temperatura ambiental y la contaminación en la transmisión del SARS-CoV-2. Se concluye que las estaciones anuales y, por tanto, la temperatura parecen no influir en la propagación del virus. Además, los contaminantes del aire facilitan el contagio y la mortalidad por el virus.
The transmission of SARS-CoV-2 is a major Public Health problem that is influenced by a number of factors.
Recently it has been hypothesized that this transmission may be reduced during the summer due to the warm temperatures.
On the other hand, the potential association between the high number of SARS-CoV-2 infections and air pollution is being studied. This relationship was already proven during the SARS outbreak in 2002. This article reviewed the scientific evidence to date regarding the possible influence of environmental temperature and air pollution on the transmission of SARS-CoV-2. It is concluded that the annual seasons and, therefore, the temperature do not seem to influence the spread of the virus. In addition, air pollutants facilitate infection and mortality from the virus.