Aidin Shakeri, Rezvan Rahimifar, Shima Zargar, Alireza Kamali
Los hematomas epidurales de la fosa posterior son raros y poco conocidos. En este artículo, informamos sobre un niño de 10 años que sufrió un hematoma epidural retroclival traumático después de un accidente de tráfico. Al ingreso, el nivel de conciencia se evaluó en 11 en la escala de Glasgow. La Tomografía Computarizada (TC) cerebral reveló una lesión hiperdensa compatible con un hematoma retroclival epidural que comprimía ligeramente el puente de Varolio. El hematoma retroclival epidural se trató de forma conservadora con una estrecha observación clínica. El nivel de conciencia mejoró después de 8 horas. El paciente se quejó de dolor de cabeza; sin embargo, no tenía signos o síntomas de déficit neurológico. Finalmente, se repitió la tomografía computarizada antes del alta el día 6, que demostró la resolución parcial de la hemorragia. Tres y nueve meses más tarde, los exámenes físicos de seguimiento y las TC no demostraron nuevos déficits neurológicos y revelaron una resolución gradual del hematoma. El hecho de que el tratamiento conservador con un estrecho control clínico y el registro en serie de las TC son el pilar del tratamiento no es nuevo, pero coinciden con estudios anteriores.
Posterior fossa epidural hematomas are seldom encountered and vaguely understood. In this paper, we report on a 10-year-old child experiencing a traumatic retroclival epidural hematoma. A 10-year old boy was involved in a car-to-motorcycle accident. On admission, level of consciousness was assessed 11 on Glasgow Coma Scale. Brain computed tomography revealed a hyperdense lesion in favor of epidural retroclival hematoma mildly compressing the pons. The epidural retroclival hematoma was managed conservatively with close clinical observation. The level of consciousness improved after 8 hours. The patient then complained of headache; however, they had no sign or symptoms of neurologic deficits. Eventually, a repeat CT-Scan was obtained before discharge on day 6, which demonstrated partial resolution of the hemorrhage. Three and nine months later, follow-up physical examinations and CT-Scans demonstrated no new neurological deficits and revealed gradual resolution of the hematoma. Our observations that conservative treatment with close clinical monitoring and serial recording of CT-Scans are the mainstay of management are not new but agree with earlier studies.