Se revisan los datos epidemiológicos, fisiopatológicos y clínicos que permiten afirmar que la COVID-19 ha entrado en colisión con la gran pandemia de obesidad. La obesidad implica un aumento del riesgo de infección y multiplica las posibilidades de mala evolución y muerte por COVID-19. También, al igual que la COVID-19, supone una carga económica y sociosanitaria de primera magnitud.
Reconocer el impacto de la obesidad sobre la COVID-19 implica retos y oportunidades en ámbitos que abarcan desde la investigación y la prevención hasta el tratamiento ambulatorio y hospitalario de ambas entidades. Por otra parte, debemos admitir que la interrelación obesidad-COVID-19 es compleja y subyace sobre determinantes sociales de salud.
Así pues, para entender y abordar COVID-19 deberemos abordar la obesidad y sus derivadas; es decir, otras enfermedades no comunicables como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias crónicas y el cáncer. También, deberemos articular políticas y programas que reviertan las desigualdades. Realizar esfuerzos en esta línea sin duda mejorará nuestra salud e incrementará nuestra resiliencia frente a amenazas futuras.
The epidemiological, pathophysiological and clinical data that allow us to affirm that COVID-19 has collided with the great pandemic of obesity are reviewed. Obesity confers an increased risk of infection and multiplies the chances of poor evolution and death from COVID-19. Also, like COVID-19, it supposes an economic, health and social burden of the first magnitude. Recognizing the impact of obesity on COVID-19 implies challenges and opportunities in areas ranging from research and prevention to outpatient and hospital treatment of both entities. On the other hand, we must admit that the obesity-COVID-19 interrelation underlies social determinants of health that substantially increase its toll. Thus, to understand and address COVID-19 we must address obesity and its derivatives; that is, other non-communicable diseases such as diabetes, cardiovascular diseases, chronic respiratory diseases and cancer. Also, we must articulate policies and programs that reverse inequalities. Making efforts in this line will undoubtedly improve our health and increase our resilience against future threats.