Miguel Bruguera Cortada
El ejercicio físico no comporta ningún efecto desfavorable para el hígado, aunque ocasionalmente puede ser causa de un síndrome de golpe de calor en corredores de larga distancia si no beben suficientemente. La práctica del deporte no tiene efectos nocivos para el hígado, excepto cuando se siguen conductas de riesgo, como consumir anabolizantes, compartir jeringuillas o viajar a países endémicos de hepatitis sin estar vacunados. En los pacientes con enfermedades hepáticas agudas o crónicas puede autorizarse la actividad física o el deporte que no cause una fatiga excesiva.