La pandemia de COVID-19 que desde hace al menos un año azota al mundo está mostrando, además de la propia fragilidad humana, que los seres humanos estamos estrechamente relacionados y nos necesitamos mutuamente, incluso aquellos que ha optado por una vida más individualista o misántropa. Sin el concurso y responsabilidad mutua de todos no será posible superar esta grave crisis. Esta necesidad de mutualidad y solidaridad que la pandemia ha evidenciado con toda su crudeza ya era reconocida en la antropología bíblica y se expresa en un término muy querido de la teología cristiana que el Papa Francisco ha puesto de actualidad en su última encíclica "Fratetlli Tutti" (2020): fraternidad. El artículo presenta tres hitos que ilustran este concepto a lo largo de la Biblia: la humanidad hermanada en dignidad, el pueblo de Israel como un pueblo de hermanos y la nueva fraternidad inaugurada por Jesús de Nazaret.