La comunicación juega un papel importante en el derecho a la salud, puesto que es un instrumento clave para facilitar que las personas dispongan de información adecuada para un correcto manejo de su salud. El acceso a esta información sin embargo no es igualitario y causa desigualdades sanitarias. Recientemente las nuevas tecnologías han ayudado a superar la brecha informativa, y un acceso a Internet cada vez más importante. Las redes sociales han jugado un papel crucial en el acceso a la información sobre salud y como nueva forma de compartir contenido. Estas redes sociales han convertido el ecosistema de la comunicación de salud en algo más coral, donde ciudadanos, pacientes, entidades y profesionales interactúan en un escenario que ha variado los roles tradicionales de la comunicación. No obstante, este acceso mayoritario no está exento de riesgos, como la proliferación de bulos sobre salud, que debe ser vigilada.