María Ángeles Muñoz Ortega
La enfermedad mental, y aquellos que la sufren, han sido y siguen siendo, un tema incomprendido y rechazado por la sociedad, familiares e incluso el colectivo sanitario. Ello ha llevado a su aislamiento y discriminación, lo que ha dificultado aun más la complicada tarea de su inserción social. En las últimas décadas se ha puesto de manifiesto un intento de quitar los estigmas que pesan sobre estas personas, comprendiendo mejor su enfermedad, y tratándolas de forma más humana. Se están poniendo en marcha políticas sanitarias dirigidas a su reinserción social y laboral. Aun queda mucho por hacer, pero ya el cambio se ha iniciado. En este artículo exponemos la vivencia de una paciente con trastorno bipolar, donde se refleja el grado de sufrimiento que en diferente medida se provoca desde su entorno más inmediato (pareja, hijos, trabajo), así como su afán de superación que se mantiene hasta el presente
Mental disorders and those who suffer from them have been and continue to be misunderstood and rejected by society, relatives and even by the health services. This has lead to isolation and discrimination which has made the task of social integration even more difficult. In the last few decades, there has been a clear attempt to eliminate the stigmas which affect these people, by understanding their illness better and treating them more humanely. Health policies have been put in place working towards their reintegration into society and the work place. There is still a lot to do but the change has begun. In this article, we will present the experience of a patient with bipolar disorder where we will see the degree of suffering, provoked to a different extent by her immediate surroundings (partner, offspring, job), as well as her fight to overcome the problem that she has maintained up to the present day