El impacto que produce el diagnóstico de cáncer afecta la percepción de la realidad, es desconcertante, descoloca toda tu vida, y comienzas a preguntarte muchas cosas que nunca te habías planteado. Le sigue la aceptación y comienza la lucha por la supervivencia, pruebas, tratamiento, etc. El miedo a la recidiva queda en un rincón de la mente hasta el día en que deben hacerse las revisiones, ahí es cuando de nuevo vuelven a estar presentes. En ese momento afloran las dudas, los temores. Las emociones se mezclan y, si todo sale bien, los miedos vuelven a su rincón y la vida continúa. Como paciente he vivido cómo afrontar la enfermedad y como enfermera, cada día, cuando veo la enfermedad en otros. La empatía, la resiliencia son inherentes a algunos seres humanos, en enfermería, nos llevan a la humanización, a la excelencia del cuidado, tan fácil y tan difícil a la vez.
The impact of cancer diagnosis affects the perception of reality, it is disconcerting, it dislodges your whole life, and you begin to ask yourself many things that you had never considered before. Acceptance follows and the struggle for survival, testing, and treatment begins. The fear of recurrence stays in a corner of your mind until the day when revisions should take place, that’s when they are, once again, present. It’s when the doubts, the fears, arise again. Emotions get mixed up and, if everything goes well, the fears go back to their corner and life continues. As a patient I have lived how to face the illness and as a nurse, every day, when I see it in others. Empathy and resilience are inherent to some human beings, in nursing, they lead us to humanization, to the excellence of care, so easy and so difficult at the same time.