Por cuestiones lingüísticas, estéticas y éticas; e inspirándome en una original propuesta de Eneko Landaburu, escribo algunos apartados en masculino y otros en femenino. Salvo en el título, en el quiero enfatizar la presencia de todas y todos. Además, para ser coherente con mis propias sugerencias, he sintetizado una publicación prevista de 120 páginas, en una editorial de 1.500 palabras. Por otro lado, he sustituido el limitante y etiquetador "ser" por el más operativo y motivador "ejercer". Y, en lugar de una dicotomía restrictiva [seguir leyendo].