La medicalización es un hecho habitual en nuestra sociedad que desde el siglo XVIII hasta nuestros días no ha hecho más que acrecentarse. El impulso de la medicina y el desarrollo tecnológico que hemos vivido han supuesto cambios considerables en la atención de la salud; haciéndonos mucho más dependientes del sistema biomédico y del uso de fármacos. Esta incursión, a veces innecesaria en la vida de las personas es lo que se conoce como medicalización. La vejez es un momento de declive y deterioro en el que aparecen con más facilidad patologías crónicas, y la medicina ha encontrado en ella un terreno abonado para poner en marcha una medicalización sin precedentes.
El objetivo de estudio es conocer los sentimientos, experiencias y vivencias del informante respecto a su relación con el sistema biomédico. En la entrevista a parte de los temas abordados emerge una historia de sufrimiento, derivada de un diagnostico fallido respecto a la enfermedad de Alzheimer, suponiendo este hecho un dolor de gran calado en la persona; a la vez que destaca un sometimiento acérrimo al poder del modelo biomédico, el cual se manifiesta como totalmente incuestionable.
La vejez es contemplada como una etapa de pérdida y de menoscabo; consecuentemente se evidencia un estado de ánimo marcado por la depresión y la tristeza. La relación con el sistema médico, tanto en controles, como en prescripción farmacológica es vivida desde la aceptación y la obligación. El sistema biomédico es valorado como esencial y determinante en esta etapa de la vida, a pesar de describir en él vivencias negativas
Medicalization has been on the rise since the 18th century and is now a constant feature of contemporary society. The explosion in medical and technological developments that we have experienced has brought considerable changes to healthcare and has made us much more dependent on the biomedical system and on the use of drugs. This incursion into our autonomy is known as medicalization and it is sometimes unnecessary in the lives of certain people. Ageing is period of decline and deterioration during which chronic pathologies appear with greater ease, and this has made it fertile ground for an unprecedented process of medicalization.
The aim of this study is to determine the feelings and experiences of older people regarding their relationship with the biomedical system. Interviews were conducted which, in addition to providing information about certain subjects, painted a picture of suffering resulting from misdiagnoses of Alzheimer, which in turn cause great personal suffering for the individual. The interviews also showed, however, a bitter acceptance of the biomedical model, which is regarded as irreproachable.
The interviewees regard old age as a period of loss and decline and consequently showed evidence of states of depression and sadness. Older people's relationships with the medical system during this period are characterised by acceptance and obligation. They regard the biomedical system as being essential and fundamental to this stage of life, despite describing negative experiences in relation to it.