Desde sus inicios, incrementar las capacidades de los pacientes para experimentar y manejar las emociones, las relaciones interpersonales y las crisis ha sido fundamental tanto para la teoría como para la práctica de la Terapia Conductual Dialéctica (TCD; Linehan, 1993a, 1993b; Linehan, 2015a, 2015b). Permitir que los pacientes aprendan nuevas habilidades e implementarlas de manera efectiva para cambiar la conducta requiere tanto la capacidad como la motivación por parte de los formadores en habilidades y de los terapeutas individuales. Los profesionales más efectivos de la TCD evalúan con precisión cada etapa de la adquisición, el fortalecimiento y la generalización de habilidades para determinar que tal implementan sus pacientes las nuevas habilidades.
Evalúan qué barreras están impidiendo el uso efectivo de habilidades con el fin de implementar un esfuerzo enfocado a superar cualquier obstáculo. Este artículos revisa los principios de la evaluación de habilidades dentro de cada modalidad de tratamiento y proporciona a los terapeutas listas de verificación para identificar problemas y ejemplos de casos que ilustran estrategias terapéuticas útiles.