• Los pacientes en tratamiento con IECA o ARAII no tienen mayor riesgo de infección por SARS-COVID, ni mayor riesgo de COVID-19 grave ni de mortalidad. Por ello, deben continuar con el tratamiento, y solo estaría justificada su retirada por motivos clínicos.
• Los pacientes con COVID-19 en tratamiento con hipolipemiantes deben continuar con ellos, especialmente aquellos con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Se suspenderán si hay riesgo hepático o renal o si está impedida la vía oral. Se valorará el cambio de estatina si hay interacción con el tratamiento para la infección.
• En pacientes diabéticos con COVID-19 se recomienda suspender los iSGLT-2 (gliflozinas o uricosúricos) en caso de fiebre o diarrea, y vigilar función renal y glucemia por si es necesario ajustar el resto de los antidiabéticos. La insulina es el tratamiento de elección en caso de retirada del resto de fármacos.
• Los medicamentos psicotrópicos pueden interactuar con los fármacos utilizados para la COVID-19 y algunos de sus efectos adversos, especialmente los relacionados con la depresión respiratoria, pueden empeorar la evolución de la infección.
• No se ha encontrado asociación entre el uso de inhibidores de la bomba de protones o anti-H2 y la aparición de COVID-19. La evidencia actual no indica la necesidad de retirar el omeprazol en los casos con clara indicación.
• No hay evidencia científica que relacione el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) con el empeoramiento de la COVID-19, por lo que pueden usarse en el tratamiento sintomático de la infección y/u otras comorbilidades asociadas.
• No se deben interrumpir los tratamientos crónicos con AINE u opiáceos que están bien indicados. Se recomienda elegir opioides con menos efecto inmunosupresor.
• Durante la COVID-19 se recomienda suspender temporalmente los anticonceptivos y continuar con los anticoagulantes o antiagregantes que tomase previamente.