• Los disruptores endocrinos son sustancias químicas exógenas capaces de imitar o modificar el efecto de ciertas hormonas del cuerpo.
• Podrían estar implicados en la etiopatogenia de múltiples enfermedades.
• Existe ubiquidad de la exposición; se han detectado en alimentos, agua, polvo doméstico, aire, etc., así como en la grasa de los adultos y en el cordón umbilical, pelo y orina de bebés/niños.
• No es posible establecer umbrales de exposición seguros: pueden actuar a dosis muy bajas, la relación dosis-efecto no es lineal y el efecto, cóctel.
• Las embarazadas, fetos y bebés son especialmente sensibles.
• Los efectos pueden manifestarse muchos años después de la exposición.
• Puede ser multigeneracional y afectar a varias generaciones al interferir en el mecanismo mediante el cual se expresan los genes.
• Algunos, como los parabenos, el bisfenol A o los ftalatos, son conocidos por un determinado tipo de población, mientras que continúan siendo desconocidos por la mayoría de los sanitarios.
• Ante los datos existentes, teniendo en cuenta el principio de precaución y que existen alternativas a su uso, se debería limitar la utilización de estos productos.