Francisco Herrera Rodríguez (res.)
En la infancia y en la adolescencia descubrimos a escritores como Mark Twain, Julio Verne o Emilio Salgari; pero más que en los nombres de estos autores, reparábamos en los de sus personajes, que llenaron tantas horas de lecturas y ensoñaciones: Tom Sawyer, Huckleberry Finn, Sandokán, etc. En mi caso, ya en la edad adulta, reafirmé mi devoción por Mark Twain con algunos de sus libros como Pasando fatigas; releí también novelas de Julio Verne, y descubrí que las aventuras de Sandokán/Salgari estaban inspiradas muy libremente en la figura de Carlos Cuarteroni, que tan magistralmente biografió Alicia Castellanos Escudier en su libro Cuarteroni y los piratas malayos (1816-1880). Todo esto que digo, como dice Fernando Savater, es la infancia recuperada (Savater, 2004), y es que la literatura todo lo hace posible [continuar leyendo en el PDF]