Patricia Martínez Álvarez, Raquel Pelayo Alonso, Marta Portilla Sánchez, Sandra Pacheco Martínez, Mª José Cagigas Villoslada, José Luis Cobo Sánchez
Introducción: La población que se encuentra en tratamiento renal sustitutivo con hemodiálisis sufre frecuentemente cierto grado de desnutrición calórico-proteica debido a las restricciones dietéticas y la mala elección de alimentos. Esta desnutrición unida a la inflamación repercute en su calidad de vida e incrementa su mortalidad.
Objetivos: Determinar el estado nutricional de los pacientes en tratamiento con hemodiálisis y su relación con quién elabora su comida. Comprobar la relación entre el grado de cumplimiento de las recomendaciones terapéuticas y su estado nutricional.
Material y Método: estudio transversal y descriptivo en una población de pacientes en hemodiálisis hospitalaria. Se recogieron datos sociodemográficos, antecedentes clínicos, resultados analíticos y antropométricos.
El estado nutricional se valoró mediante la escala MIS.
Se realizó un análisis descriptivo e inferencial de las variables a estudio.
Resultados: El grado de desnutrición se situó en el 32,4%(n=34). No se encontró ninguna significación estadística entre el estado nutricional y el cuidador principal. Pese a que el 76,5% refirió seguir las recomendaciones dietéticas, tan solo un 44% tenía unos valores séricos de potasio adecuados y el 34,7% cumplía con la ganancia de peso interdialítica recomendada.
Conclusiones: La desnutrición sigue siendo un problema frecuente en las unidades de hemodiálisis. Se deben tomar medidas para reducirla, ya sea con acciones educacionales sobre alimentación o incluso valorar el uso de suplementos dietéticos. Enfermería debe seguir reforzando las recomendaciones dietéticas para que ese cumplimiento referido por nuestros pacientes pueda objetivarse y verse reflejado en sus resultados analíticos
Introduction: People undergoing renal replacement therapy for hemodialysis frequently suffer a certain degree of caloric-protein malnutrition due to dietary restrictions and poor food choices. Malnutrition together with inflammation affects quality of life and increases mortality.
Objectives: To determine the nutritional status of patients on hemodialysis and the relationship with who cooks the food. To establish the relationship between the degree of compliance with the therapeutic recommendations and the nutritional status.
Material and Method: Cross-sectional and descriptive study in a population of patients on hospital hemodialysis.
Sociodemographic data, clinical history, analytical and anthropometric results were collected. Nutritional status was assessed using the MIS scale. A descriptive and inferential analysis of the variables under study was carried out.
Results: The degree of malnutrition was 32.4% (n = 34).
No significant difference was found between nutritional status and the main caregiver. Although 76.5% reported following the dietary recommendations, only 44% had adequate serum potassium values and 34.7% met the recommended inter-dialytic weight gain.
Conclusions: Malnutrition continues to be a frequent problem in hemodialysis units. Measures should be taken to reduce this problem, either with educational actions on nutrition or even evaluating the use of dietary supplements. Nursing must continue to reinforce dietary recommendations so that compliance referred by patients can be objectified and reflected in the analytical results