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Objetivo: Examinar la prevalencia, las características y los factores asociados con la violencia laboral contra enfermeras de departamentos de urgencias en Omán. Antecedentes: La violencia contra los profesionales sanitarios, incluidas las enfermeras, es un problema mundial de salud pública. Comprender la epidemiología de la violencia es crucial para la implementación de políticas preventivas y de gestión apropiadas.
Métodos: Realizamos un estudio transversal multicéntrico en febrero de 2019 utilizando un cuestionario autoadministrado ampliamente desarrollado por la Organización Mundial de la Salud. Invitamos a todas las enfermeras de los departamentos de urgencias de cuatro hospitales gubernamentales en las provincias de Al-Sharqiyah y Al-Dakhiliyah a que participaran en el estudio.
Resultados: De los 103 encuestados, la mayoría eran omaníes (57,3 %), mujeres (73.8 %) y con 30 años o más (65 %). La mayoría (87.4 %) habían estado expuestos a violencia en los pasados 12 meses y la violencia no física (84.5 %) fue cuatro veces mayor que la violencia física (18.4 %). Los incidentes físicos y no físicos ocurrieron durante los fines de semana (68.4 % y 82.8 %, respectivamente) y en los turnos de tarde o noche (78.9 % y 93.1 %, respectivamente). Los familiares y los visitantes fueron los perpetradores de violencia más comunes (62.6 % física y 66.7 % no física). Las enfermeras no omaníes (P = 0.03) y quienes tenían una educación inferior al grado (P = 0.007) tuvieron menos probabilidad de experimentar violencia física.
Discusión/Conclusión: La violencia laboral es altamente prevalente entre las enfermeras de los departamentos de urgencias en Omán. Los estudios futuros deberían investigar los informes de incidentes violentos, así como causas y consecuencias de la violencia laboral sobre el bienestar físico y psicológico de las enfermeras, el funcionamiento laboral y la calidad de la atención prestada a los pacientes.
Implicaciones para la Política de Enfermería: La alta prevalencia de violencia laboral es alarmante y demuestra la necesidad de intervenciones adicionales para reducir la violencia y limitar sus consecuencias sobre la calidad de vida de profesionales sanitarios y pacientes. Los resultados de este estudio podrían utilizarse para implementar cambios en las políticas antiviolencia existentes.
