Pamplona, España
En el año 442 antes de nuestra era, ya contaba Sófocles en su tragedia Antígona la contradicción entre el deber tradicional familiar y el respeto a las normas emanadas del estado, pues Creonte, rey de Tebas, condena al hermano de ésta, Polineces, a permanecer sin sepultura por morir atacando a su ciudad. Su condición de mujer, linaje casi de esclava en la época,2 no le impide contradecir y revelarse contra el rey dando sepultura a su hermano. Lógicamente sabe que con ello va a encolerizar a Creonte hasta el punto de ser ejecutada, riesgo que asume pues sabe que tiene el compromiso de cumplir con la tradición y las leyes de sus dioses [Fragmento de texto]