En el presente trabajo se aborda al género como un elemento fundamental en las desigualdades sanitarias entre hombres y mujeres tanto en el acceso y relación con los servicios de salud como en los resultados diferenciales referidos a tasas de morbilidad y mortalidad. Para tal efecto y a través de un análisis sociológico de la bibliografía más relevante en cuanto a la temática, se aborda en primer lugar la salud y sus determinantes mediante el estudio de investigaciones que relacionan desigualdades en salud con desigualdades sociales, es decir, las condiciones sociales en la determinación de la salud. En segundo lugar, se abordan algunas reflexiones de la teoría feminista en cuanto al género como categoría analítica cuyo eje central es la desnaturalización de las desigualdades sociales. En tercer lugar, se abordan los estudios sobre género y salud. Estos estudios relacionan la posición de las mujeres en la sociedad, su estado de salud y su utilización de las instituciones sanitarias. Por último, se mencionan algunas consecuencias del sesgo de género en salud. De esta forma se plantea al género como el concepto analítico que desmonta al determinismo biológico en su intento de naturalizar las desigualdades en salud entre hombres y mujeres, es decir, atribuirlas a supuestos hechos biológicos. Se concluye que el género permite entender que las desigualdades sanitarias entre hombres y mujeres no son producto de la biología, sino de un orden social que se expresa tanto en las instituciones sociales como en las prácticas individuales.
In this paper, gender is addressed as a fundamental element in health inequalities between men and women, both with the access and relationship with health services and with the differential results related to morbidity and mortality rates. For this purpose and through a sociological analysis of the most relevant bibliography, this paper addresses, first of all, health and its determinants by studying the research that relates health inequalities with social inequalities, that is, social conditions in determining health. Secondly, some reflections of feminist theory regarding gender as an analytical category whose central axis is the denaturation of social inequalities are addressed. Thirdly, it examines studies on gender and health that analyze the interrelations between the position of women in society, their health condition, and their use of health institutions. Finally, some consequences of gender bias in health are mentioned. In this way, gender is considered as the analytical concept that dismantles biological determinism in its attempt to naturalize health inequalities between men and women, that is, to attribute them to alleged biological facts. We conclude that gender allows us to understand that health inequalities between men and women are not the product of biology, but of a social order that is expressed both in social institutions and in individual practices.