Zaragoza, España
Se realiza una revisión histórica de la matrona desde el siglo XV hasta la actualidad a partir de las publicaciones realizadas en historia de la enfermería y de la historia de la medicina. Se propone un marco de análisis de género en el que se han considerado dos ejes: los cuidados de las matronas y el proceso de socialización de las profesionales. Los cuidados de las matronas se adecuan a las necesidades de las mujeres y bebés en lo que es un parto normal, ya que acompañan, ayudan, asesoran y respetan el ritmo de cada mujer. En el segundo de los ejes la socialización se ha visto como una imagen social prestigiosa y autónoma de la matrona, ha dado paso a una imagen de subordinación y auxiliar al médico hombre, estando en la última década en fase de recuperación profesional. Este proceso se ha acentuado en los dos últimos siglos en un proceso de configuración patriarcal de la Sociedad en la que las relaciones entre mujeres y hombres se han basado en la subordinación y no en la reciprocidad. Ello ha dado lugar a un modelo sanitario jerárquico en el que las profesionales femeninas como las matronas, las enfermeras y también las médicas, debían subordinarse y colocarse en un segundo plano respecto a sus colegas médicos masculinos. Este concepto de "superioridad" del médico sobre la matrona persiste en el imaginario social, de forma que, en España -que no en otros países como Holanda o Dinamarca en los que los partos normales los atienden matronas y en casa- es habitual que un parto normal sea atendido en el hospital y por un médico. Hoy hay una corriente emergente respetuosa con el proceso de nacer y respetuosa con la intimidad y la naturaleza de la mujer y que requiere de los cuidados de la matrona. Es el llamado parto normal, natural o fisiológico, que demandan las mujeres en la medida que lo conocen, lo promueven numerosas matronas, y algunos obstetras
This article offers a historical review of midwives' role from the 15th century to the present day based on history of both nursing and medicine publications. Data analysis was organised around two main elements: Midwifery care and the process of midwifery professionalisation. For normal deliveries, midwifery care was found to be adequate to both mothers and babies' needs: Midwives supported, helped and advised women, and respected women's individuality. On the other hand, midwifery's social image evolved from being both prestigious and autonomous to becoming both auxiliary and subordinate to male physicians, although for the last ten years, midwifery has been involved in a professional recovery process in order to improve its social image. One of the main reasons for midwifery's professional recession was Spain's two centuries-old patriarchal society, where men-women relationships were based on subordination rather than reciprocity. As a result, a hierarchical healthcare model emerged whereby women-dominated healthcare professions, including midwifery and nursing, were subordinated to the male-dominated medical profession. This concept of medical superiority over midwifery is still very much alive in today's society so that, unlike other countries such as Holland and Denmark where normal deliveries are performed at home with the aid of midwives, normal deliveries in Spain are carried out in hospitals with the aid of physicians. Thus, it can be suggested that a new tendency on the part of some women has emerged which agrees with the idea of natural childbirth and protects women's nature and intimacy, and which requires midwifery care. Many midwives and some physicians are promoting normal/natural/physiological deliveries, which are gaining in popularity among women