Natalia Urrea Arroyave, Wilson Cañón Montañez
En la historia evolutiva de la especie humana, se han datado diversas luchas por obtener salud en medio de guerras con enfermedades o pandemias que han diezmado la población y que, con el trabajo colaborativo de los profesionales de la salud, estas enfermedades se han controlado, prolongando la expectativa de vida (1).
La lucha por tener un mejor y más saludable estilo de vida, que permita ampliar la expectativa de vida, ha venido incrementando en los últimos años; en la actualidad, vemos cómo surgen nuevas tendencias deportivas (2), de alimentación, meditación y espiritualidad que se han convertido en prácticas sociales que pretenden mejorar la salud fisica y mental para estar saludable (3).