A lo largo del siglo XIX y primeros años del siglo XX se produjo un importante incremento en el número de congregaciones religiosas femeninas de las llamadas de vida activa1 (dedicadas a labores asistenciales, principalmente en la enseñanza y al cuidado de enfermos). Este fenómeno se dio no solo en España, sino que afectó a la Iglesia en todo el mundo [Fragmento de texto]