Estudio cualitativo que pretende conocer la percepción de las mujeres maltratadas sobre la labor de los profesionales sanitarios en la atención de los malos tratos en la Comunidad de Madrid.
Los resultados fueron validados mediante un proceso de de triangulación.
Las mujeres identifican la asistencia sanitaria con la que se presta en el caso de lesiones físicas. Sin embargo, si indagamos en esa valoración, sí manifiestan buscar algo más de los profesionales que las atendían, aunque no son capaces de verbalizarlo ante ellos.
Las somatizaciones que el maltrato produce son tratadas por los profesionales sanitarios sin abordar la causa que las producen, y, cuando se identifica que dicha causa es el maltrato, sólo en algunas ocasiones los profesionales derivan a estas mujeres a psicólogos o psiquiatras. Sin embargo, esto no es algo que se identifique como una mala praxis ya que las mujeres establecen una función muy definida y rígida para cada profesional sanitario, donde, para ellas, el médico de Atención Primaria no estaría obligado a preocuparse por la salud y el bienestar psíquico de las personas que acuden a consulta.
Pensamos, por eso, que sería recomendable que la Comunidad de Madrid creara un programa de salud específico para atender a estas mujeres y garantizar, así, tanto una adecuada cobertura a las personas que se puedan encontrar en esta situación, como unas pautas mínimas de calidad en la atención que se presta.
Qualitative study whose objective is to know battered women perception regarding sanitary professional’s attention on gender violence in Madrid Community.
The results were validated by a triangulation process.
Women identified sanitary assistance with those given when there exist physical injuries. However, if we keep questioning about it, they do express to look for something else from the professionals who attended them, although they are not able to say it before them.
Somatizations that ill-treatment produces are treated by sanitary professionals without attending to the cause that caused them, and, when it is identified ill-treatment as the cause, rarely sanitary professionals send them to psychologies or psychiatrics. However, this is not identified as a bad practice, because women establish a very defined and rigid function for each professional, where, as they understand, Primary Care doctor will not be required to worry about psychic health and wellbeing of people who attend to their offices.
We think, therefore, that it would be recommended that Madrid Community should create a specific health program to attend these women in order to guarantee, this way, a proper attention to people who may be in this situation as well as a minimum quality on the attention they received.