En tiempos de Covid19 he tenido la ocasión de volver a comprobar que hay personas (profesionales sanitarios, ciudadanos, agentes sociales, gestores, representan-tes…), cuya actitud vital es la de la queja improductiva y personas cuya actitud vital es la de la crítica/autocrítica. Intencionadamente no quise llamarle crítica constructiva porque pensé que debía evitar clara y explícitamente la tentación de que uno mismo se excluyera de la ecuación y apuntara posibles construcciones solamente para otros, para el de enfrente, pero sin nada que ver con la interpe-lación de uno mismo [Fragmento de texto].