Francisca Baena Antequera, Estefanía Jurado García, Francisco Javier Fernández Carrasco, Luciano Rodríguez Díaz, Juan Gómez Salgado , Juana María Vázquez Lara
La atención prenatal, entendida como cuidados habituales brindados durante la gestación, debe estar basada en pilares básicos tales como tener en cuenta el contexto sociocultural en el que se ofrece dicha atención, garantizar que el servicio sea apropiado, accesible, y de alta calidad, y además permitir una atención personalizada. Según la Organización Mundial de la Salud el número mínimo de visitas recomendables durante el embarazo debe ser ocho, con los distintos profesionales implicados en el proceso, además de la preparación al nacimiento o educación maternal.
Desde que estalló la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, muchos de los servicios habituales sociosanitarios han tenido que adaptarse para proporcionar seguridad y evitar el contagio, algo prioritario en los grupos vulnerables en los que encontramos a las embarazadas. Los profesionales han tenido que acomodarse a una atención telemática, aunando consultas para una menor movilidad de la gestante a los centros sanitarios evitando así riesgos innecesarios.
Por lo que toda esta situación ha abierto un campo de trabajo virtual que, si bien antes era llevado a cabo en diferentes ámbitos, ahora más que nunca cobra especial relevancia y requiere una formación profesional para que pueda llegar erigirse como complemento a las citas presenciales.
Prenatal care, understood as routine care provided during pregnancy, should be based on basic pillars, such as taking into account the sociocultural context in which such care is offered, ensuring that the service is appropriate, accessible and of high quality, and also with care personalized. According to World Health Organization, the minimum number of recommended visits during pregnancy should be eight, with the different professionals involved in the process, in addition to preparing for childbirth or maternal education.
Since the pandemic erupted due to SARS-CoV-2, many of the usual social health services have had to adapt to provide safety and prevent infection, a priority in vulnerable groups where pregnant women are found. Professionals have had to adapt to telematics care, thus attending consultations to reduce the mobility of pregnant women to health centers, thus avoiding unnecessary risks. Therefore, all this situation has opened a virtual field of work that, although previously carried out in different areas, now more than ever acquires special relevance and for which professional training is necessary, as a complement to face-to-face appointments.