Esther Gómez Gil, Isabel Esteva de Antonio, María Fernández Rodríguez, María Cruz Almaraz Almaraz, Felipe Hurtado Murillo, Marcelino Gómez Balaguer, Nuria Asenjo Araque, Mireia Mora Porta, Irene Halperin Rabinovich, Rosa Fernández García, Ángel Luis Montejo González
La atención sanitaria a las personas transgénero en España se ha establecido de manera progresiva desde 1999, año en que Andalucía crea la primera unidad multidisciplinar para el tratamiento integral de la reasignación de sexo. Este documento analiza los cambios sociales, las demandas y debates entre usuarios y profesionales y los nuevos modelos de atención sanitaria, y también plantea reflexiones sobre la situación actual.
La apertura social en España en la concepción de la diversidad sexual y de género es bastante favorable. Las demandas de los usuarios no son uniformes y no siempre coinciden con los criterios de los profesionales. En algunas comunidades autónomas la asistencia sanitaria se está distanciando del modelo recomendado internacionalmente, que basa la atención en equipos especializados o Unidades de Identidad de Género (UIG). Estos nuevos modelos centran la asistencia en la Atención Primaria, además de en endocrinólogos y pediatras de área sin una evaluación coordinada con Salud Mental. Los principales factores contribuyentes al cambio reciente han sido las demandas desde algunas asociaciones de “despatologización” y “descentralización”.
Los profesionales que integran las unidades de género, si bien reconocen la necesidad de una visión amplia de la realidad transgénero, alertan del riesgo que supone tratar a personas trans sin una colaboración de especialistas en Salud Mental o por profesionales de área con escasa experiencia. Además, anticipan que la descentralización no facilita el estudio de grandes cohortes, dificultando el avance del conocimiento y la evaluación contrastada con países del entorno. En resumen, los nuevos modelos sanitarios, aunque ofrecen la atención en proximidad, no garantizan mejoras en la calidad ni promueven el análisis comparado de los resultados.
Health care for transgender people in Spain has been progressively established since 1999 when the first multidisciplinary unit for the treatment of sex reassignment was created in Andalusia. In this document, the social changes, the demands and debates of users and professionals, the new models of health care for trans people, and reflections on the current situation, have been analysed.
The social openness in Spain regarding sexual and gender diversity has evolved quite positively. The health demands of the transgender users are not uniform and do not always match with the criteria of the professionals. In some Spanish regions, health care is distancing itself from the internationally recommended multidisciplinary model.
The new healthcare models have been established under the aegis of primary care and/or endocrinologist in the area, without a required psychological assessment. The main contributing factors for this change of model have been the pressure from some associations with demands for “depathologization” and “decentralization”.
The professionals of gender units, while recognizing the need for a broader vision of trans reality, warn of the risk of treating trans people without the involvement of mental health specialists or by professionals in proximity with little experience. Moreover, the decentralization would not allow acting on large cohorts, which hinders the advance of knowledge and contrasted evaluations with neighbouring countries. In summary, the new health models, although intended to facilitate care through proximity, do not guarantee improvements in quality and difficult to make a comparative evaluation of the results.