Santiago de Compostela, España
Decía el psiquiatra Ronald Laing que la vida es una enfermedad de transmisión sexual con una tasa de mortalidad del 100%. Laing convivió con los enfermos mentales casi toda su vida y sabía del curso inexorable de enfermedades como la esquizofrenia, que acabaría por devorar a su propia hija, y por ello es comprensible su pesimismo, pero también es verdad que su aforismo esconde una gran verdad. Y es que nuestra vida es un proceso que se desarrolla en el tiempo, que tiene un curso propio, regido por miles de leyes de las que no conocemos casi nada, y que se autorregula colectivamente en sus facetas biológicas, psicológicas y sociales [Fragmento de texto]