La posibilidad de que el personal sanitario de urgencias prehospitalarias y hospitalarias deba enfrentarse a un incidente con múltiples víctimas debidas a una agresión con gases nerviosos, es lo suficientemente remota como para que la mayoría del mismo desconozca las nociones básicas sobre la guerra química. Desgraciadamente, la situación actual justifica que no sea así. Este artículo, tras una breve introducción sobre la historia y clasificación de las armas químicas, se centra en aquellas que son consideradas las más mortíferas y a la vez las de uso más extendido: los llamados gases nerviosos. Después de analizar sus propiedades físico-químicas los estudiamos desde el punto de vista farmacológico y clínico. A la hora de tratar su intoxicación proponemos tanto un patrón terapéutico individualizado, como un protocolo completo de gestión en caso de múltiples víctimas. Este se basa en un incidente en un entorno civil, al contrario que la mayoría de la literatura existente, que sólo contempla el escenario bélico.