El concepto de ética toma, en el contexto del deporte, connotaciones peculiares: una impecable actuación táctica puede ser éticamente cuestionable. Del mismo modo son revisables desde la óptica de la ética, usos y costumbres que, sin ningún tipo de cortapisa, están admitidas y establecidas en el deporte y su complejo mundo.
El deportista, como ser individual o social, los espectadores e incluso las instituciones deportivas o de la administración configuran parte de este entramado, en el que la actuación ética queda tamizada por el hábito establecido