S. del Pozo, Carmen Cuadrado Vives, Olga Moreiras Tuny
Existen pocos estudios longitudinales que relacionen hábitos alimentarios, dietas, contenido nutricional y su re-percusión en la salud. Por ello, Euronut, la Acción Con-certada de la UE sobre Nutrición y Salud, organizó en 1988 un estudio longitudinal, de cohortes, internacional y multicéntrico, para tratar de analizar estos factores en di-versas culturas alimentarias europeas. Este estudio reci-bió el nombre de SENECA (Survey in Europe on Nutri-tion and the Erdely: a Concerted Action). Para ello, se realizaron varios tipos de pruebas: cuestionario general (recogía información sobre: datos personales, situación sociodemográfica, situación socioeconómica, estilo de vida y actividad física y hábitos de vida y dietéticos), un estudio dietético, parámetros antropométricos y bioquímicos.
En este trabajo se han tratado de valorar las diferen-cias debidas al sexo y la edad (en los mismos sujetos), para lo cual se recoge información sobre el consumo cuantitativo y cualitativo de alimentos, ingesta de ener-gía y nutrientes y su aporte a las ingestas recomendadas, en un grupo de edades comprendidas entre 71 y 80 años.
Los cuatro grupos de alimentos más consumidos en ambas partes del estudio fueron frutas, leche y derivados, verduras y hortalizas y cereales y derivados. En los cua-tro años transcurridos se observó una disminución signi-ficativa en el consumo de algunos alimentos, tanto en el total de la muestra como en la distribución por sexos. Co-mo consecuencia, según aumentó la edad en cuatro años, es decir, en la segunda parte del estudio, se ha observado una disminución de la ingesta energética con repercusión importante en el de la mayoría de los micronutrientes. La distribución en percentiles muestra que existen indivi-duos sin o con un consumo muy bajo de algunos alimen-tos.
Se observaron porcentajes elevados de personas que no cubren las ingestas recomendadas.