Objetivo Valorar el consumo de psicofármacos en los pacientes crónicos domiciliarios.
Diseño Estudio longitudinal, descriptivo.
Emplazamiento Área Básica de Salud Raval Nord de Barcelona.
Pacientes u otros participantes Todos los 243 enfermos crónicos domiciliarios registrados en el programa de atención domiciliaria en mayo de 1996. A los 3 años un 16% ha ingresado en una residencia, un 9% se ha trasladado de domicilio, un 38% ha fallecido y un 37% permanecía activo.
Mediciones y resultados principales De los 90 pacientes que seguían activos, un 40% había consumido algún psicofármaco en mayo de 1999. El 8% de los pacientes que refirió consumir psicofármacos lo hacía por automedicación. El grupo farmacológico más consumido entre los psicofármacos era las benzodiazepinas, en un 64%. El consumo de psicofármacos fue superior en el sexo femenino (45%) y en las personas que vivían solas o en estado de viudedad (50%). El porcentaje de pacientes con consumo de psicofármacos fue superior cuando había peor grado de autonomía según el índice de Katz (67%), déficit cognitivo en el Short Portable Mental Status Questionnaire (SPMSQ) de Pfeiffer (62%) y ante la presencia de comorbilidad (56%) (p < 0,01).
Conclusiones Existe un elevado consumo de psicofármacos en los pacientes crónicos domiciliarios, especialmente cuando hay deterioro físico-cognitivo y presencia de comorbilidad.
Objective To assess the consumption of psychiatric drugs by chronic homebound patients.
Design Descriptive, longitudinal study.
Setting Raval Nord Health District, Barcelona.
Patients and other participants All 243 chronically ill homebound patients registered on the home care programme in May 1996. After three years 16% had gone into a home, 9% had moved residence, 38% had died, and 37% remained active.
Measurements and main results Of the 90 patients still active, 40% took some psychiatric drug in May 1999. 8% of the patients who said they had taken psychiatric drugs did so by self-medication. The most commonly consumed pharmocological group of the psychiatric drugs were benzodiazepines at 64%. Women took more psychiatric drugs (45%), as did persons living alone or who had been bereaved (50%). The proportion of patients taking psychiatric drugs was greater when there was worse autonomy according to the Katz index (67%), a cognitive deficit on the Short Portable Mental Status Questionnaire (SPMSQ) of Pfeiffer (62%), and in the presence of comorbidity (56%) (p < 0.01).
Conclusions There is high consumption of psychiatric drugs by chronic homebound patients, especially when there is physical-cognitive deterioration and presence of comorbidity.