Alejandro Fernández Gibello
El síndrome del túnel del tarso (TTS) fue descrito por primera vez por Keck y cols. y Lam y cols. en 1962, pero actualmente no tenemos una prevalencia de su incidencia en la población general; sin embargo, sí hay unos datos que sí conocemos, ya que entre el 11 y el 15 % de los adultos con problemas en los pies sufren de dolor plantar o talalgia, y un gran número de estos pacientes crónicos tienen algún grado de atrapamiento. En relación con los pacientes diabéticos crónicos e independientemente de su subtipo, el 44,9 % presenta compresión del nervio tibial y un 29,9 % presenta un síndrome del túnel del tarso.
Por otro lado, la diabetes afecta a 246 millones de personas en el mundo y se estima que entre 20 y 30 millones de personas sufren de neuropatía diabética de los cuales un 15 % de ellos tiene riesgo de padecer una úlcera en el pie a lo largo de su vida y el 80 % de las mismas serán neuropáticas. Esto, solo en los EE. UU., supone un gasto sanitario de 245 billones de dólares destinándose la mayor parte al tratamiento de complicaciones por úlceras que, desgraciadamente, el 15 % de ellas requerirán una amputación y el riesgo de mortalidad a los 5 años tras una amputación mayor es casi del 50 %.
Tras la curación de una úlcera el riesgo de recurrencia es del 30 % anual, y se ha demostrado en varias investigaciones que el riesgo de sufrir úlceras y amputaciones tras una descompresión o neurólisis es muy baja, más del 80 % de reducción de la recurrencia presentando excelentes resultados a largo plazo y pudiendo llegar a: “cambiar la historia natural de esta enfermedad”. Además, la descompresión quirúrgica del túnel del tarso en pacientes diabéticos que sufren neuropatía ha demostrado mejorar la sensibilidad en un 93 %, resolver el signo de Tinel en un 98,6 % y curar completamente las úlceras en un 90,4 % de los pacientes intervenidos.
Sin embargo, este tipo de cirugías puede crear serias complicaciones en pacientes de riesgo, como son los diabéticos, y ya que la cirugía de mínima invasión ha demostrado ser igual de efectiva, pero con menores complicaciones que la cirugía abierta, creemos que la cirugía ecoguiada o ultramínimamente invasiva cumple un papel fundamental en la población que neuropatía diabética.