Antonio Gómez Bernal, Aitor Pérez Morcillo, José Javier Alfaro Santafé, José Víctor Alfaro Santafé
Introducción: Son diversos los trabajos que indican la dificultad en el tratamiento de la fractura proximal del quinto metatarsiano, reseñando principalmente los problemas en la consolidación ósea o los casos de refractura. Existen diferentes clasificaciones que describen las fracturas proximales en el quinto metatarsiano, siendo la más utilizada la clasificación propuesta por Dameron.
La diáfisis está irrigada a través de una arteria nutriente, que proporciona aporte sanguíneo a la zona junto a un leve aporte de los vasos sanguíneos periósticos. No existe una continuidad con anastomosis de la irrigación de la base y de la diáfisis del quinto metatarsiano, generando una zona avascular responsable de los problemas de consolidación en las fracturas/fisuras.Caso clínico: En este caso clínico presentamos a un paciente futbolista de élite, de 18 años, con un peso de 72 kg y una altura de 173 cm. Nunca había sido tratado mediante tratamiento ortopodológico por decisión propia. El paciente sufre una fisura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo debido a un lance del juego. Debido a la necesidad de acortar los tiempos de recuperación y a las características y lugar de la fisura, se opta por tratamiento conservador.
Durante las dos primeras semanas, se evitó la carga total del antepié mediante muletas y aplicación de férula de inmovilización y descarga total Walker fijo corto (Orliman).
Desde la segunda semana hasta la cuarta, se realizó la transición del Walker fijo corto a la carga de marcha sin muletas con calzado deportivo tipo running. En este momento, después de realizar un estudio biomecánico de la marcha, se integró el tratamiento conservador consistente en unas plantillas personalizadas con una corrección de retropié consistente en un lateral heel skive de 5°/8 mm. Desde la cuarta semana hasta la sexta semana, se realizó una readaptación específica en terreno de juego con ejercicios dinámicos orientados al gesto deportivo específico del fútbol. Con nuevos estudios biomecánicos de la carrera y gesto deportivo, se establecieron diferentes tratamientos de plantillas en los calzados del paciente, según las solicitaciones biomecánicas. Por un lado, una corrección de retropié consistente en un lateral heel skive de 10°/5 mm para el calzado de running, mientras que la graduación del calzado de fútbol consistió en un lateral heel skive de 10°/8 mm.
Conclusión: Destacamos este caso clínico con el objetivo de resaltar la importancia y el valor añadido aportado por el podólogo dentro de los servicios médicos de un equipo de fútbol profesional, así como la validez del tratamiento conservador para este tipo de lesiones en función de las consideraciones médicas y de las características y localización de la lesión.