Angel Manuel Orejana García , Francisco Monzó Pérez
A finales del siglo xx se publicó un concepto novedoso en la forma de entender el desarrollo de la patología del pie y su abordaje terapéutico. Se basaba en el análisis del estrés que sufren los tejidos. Esta idea rompía con los criterios usados hasta entonces que se basaban en la realización de pruebas clínicas encaminadas a determinar si la posición del pie era normal o patológica. La aplicación de los conceptos de la mecánica newtoniana permitió comprender la importancia que tenían las fuerzas de reacción del suelo (FRS) en el desarrollo del movimiento articular. Posteriormente, Kirby desarrolló su modelo de equilibrio rotacional donde se explica el papel que juegan las estructuras anatómicas del pie como deceleradores del movimiento que genera la acción de las FRS. Esta deceleración se obtiene a partir de la tensión que soportan estas estructuras y va incrementándose hasta que el movimiento se detiene. El punto donde las articulaciones encuentran su situación de equilibrio define el morfotipo del pie.
Este morfotipo no se considera normal o patológico. Se utiliza como indicador de las estructuras que están sometidas a mayor tensión. Cuando utilizamos el modelo de estrés de tejidos, la labor del clínico consiste en analizar los factores internos y externos que contribuyen al incremento de tensión que soporta el tejido lesionado y, después, establecer las medidas terapéuticas que garanticen su disminución para aliviar al paciente su clínica dolorosa.
At the end of the 20th century, a novel concept was published to understand the development of foot pathology and its therapeutic approach. It was based on the analysis of tissue stress. This idea broke with the criteria used until then that were based on the performance of clinical tests aimed at determining if the position of the foot was normal or pathological. The application of the concepts of Newtonian mechanics made it possible to understand the importance of soil reaction forces (FRS) in the development of joint movement. Subsequently, Kirby developed his model of rotational equilibrium where the role played by the anatomical structures of the foot as decelerators of the movement generated by the action of the FRS is explained. This deceleration is obtained from the tension that these structures support and increase until the movement stops. The point where the joints find their equilibrium defines the morphotype of the foot. This morphotype is not considered normal or pathological. It is used as an indicator of the structures that are subject to greater stress. In the tissue stress model, the clinician’s task is to analyze the internal and external factors that contribute to the increase in tension that the injured tissue supports and, then, to establish the therapeutic measures that guarantee its reduction in order to alleviate the patient’s painful symptoms.