Valencia, España
Solo pocos estudios han analizado el perfil cognitivo de los hombres con un trastorno por consumo de alcohol tras un periodo de abstinencia prolongado. Por tanto, este estudio tiene como principal objetivo analizar las diferencias neuropsicológicas entre un grupo de hombres con trastorno por consumo de alcohol pero abstinentes de forma ininterrumpida durante 3,2 años (n = 40, edad = 45,55 ± 8,99) en comparación con un grupo de hombres sin trastorno por consumo de alcohol pero con unas características socio-demográficas similares a las del grupo experimental (n = 39; edad = 42,05 ± 11,33) para establecer diferentes perfiles neuropsicológicos. Empleamos una batería neuropsicológica exhaustiva que evaluó los siguientes dominios cognitivos: CI, memoria, atención, funciones ejecutivas y empatía. El grupo de hombres alcohólicos abstinentes presentaron déficits en razonamiento abstracto, velocidad de procesamiento, atención sostenida, memoria de trabajo y a largo plazo (para información verbal y visuoespacial), flexibilidad cognitiva, y en las capacidades de inhibición y planificación. A pesar de que nuestros resultados deben interpretarse con cautela dado el carácter transversal de nuestro estudio, ofrece información relevante sobre el estado cognitivo de los hombres con un trastorno por consumo de alcohol tras una abstinencia prolongada. Estos déficits podrían estar implicados en las frecuentes recaídas en esta población. Del mismo modo, interferirían en la asimilación de contenidos teóricos de intervenciones psicoterapéuticas, lo que, a su vez, disminuiría la eficacia de las mismas. Por ello, estos resultados deberían ser empleados para el desarrollo de programas de rehabilitación cognitivos coadyuvantes a la psicoterapia.
Scarce studies have focused on the cognitive profile of chronic alcoholic men after long-term abstinence. Thus, we examined neuropsychological differences between long-term abstinent alcoholics for an average of 3.2 years (n = 40, LTAA; age = 45.55 ± 8.99) and matched for socio-demographic variables with non-alcoholic controls (n = 39; age = 42.05 ± 11.33). To this aim, we employed a neuropsychological assessment battery covered relevant cognitive domains: IQ, memory, attention, executive functions and empathy.
LTAA presented deficits in abstract reasoning, speed processing, sustained attention, working and long-term memory (verbal and visuospatial), cognitive flexibility, inhibition and planning. Although our results must be interpreted with caution because of the crosssectional nature of our study, it may offer a broader knowledge and understanding of alcohol-related socio-cognitive deficits after longterm abstinence. These deficits might entail risk factors for relapse in alcohol consumption, as they may interfere with recording therapeutic advice and internalizing the verbal material presented in rehabilitation programs. In turn, these impair the global efficacy of alcohol-relapse prevention programs. Hence, this knowledge could be applicable in guiding the development of early coadjutant treatments.