La salud pública (SP) ha evolucionado claramente, en los últimos veinte años, hacia un concepto multifactorial �que implica prevención de la enfermedad, promoción y educación� e intersectorial �integrando los estilos de vida, la genética, el entorno medioambiental, la economía, la alimentación e, incluso, la propia atención sanitaria� buscando la protección de la salud, individual y colectiva, de los ciudadanos como un bien natural, evitando las desigualdades sociales que son, en definitiva, la causa de muchos de los problemas de salud.
Esta intersectorialidad hace participar a la SP en muchas situaciones, algunas de las cuales precisan rapidez extrema en su declaración, flexibilidad en su regulación y racionalidad en su respuesta: crisis de seguridad alimentaria, contaminaciones de aguas de consumo y del medio ambiente, enfermedades transmisibles, desastres, movimientos migratorios, concentraciones y prácticamente todos los riesgos epidemiológicos requieren intervenciones urgentes y, a veces, emergentes, que deben ser alertadas y gestionadas a través de las herramientas y los recursos de estos servicios (centros de comunicaciones, equipos extrahospitalarios, medios móviles).
La interrelación entre la SP y la Emergenciología obliga a un mayor grado de coordinación y cooperación de estas dos grandes áreas de la Salud, diseñando así un nuevo y amplio escenario para nuevas intervenciones. En este trabajo se presenta, también, la normativa actualmente vigente en la Unión Europea, España y Andalucía, abriendo a los especialistas en ambas disciplinas un vasto campo de actuación colaborativa.