Carmina Flores Domínguez, Diego Meraz Ávila, Denise Niza Benardete Harari
El número de mujeres que estudian medicina ha ido incrementando del 6 al casi 50% en los últimos 20 años, siguen siendo pocas las que llegan a ocupar puestos de alta responsabilidad y toma de decisiones, ya que se enfrentan a problemáticas sociales, culturales y personales, la inclusión de la mujer al mercado laboral ha hecho que la discriminación de género se transforme en una forma indirecta y discreta. Las mujeres han desarrollado mejores y más eficientes vías de comunicación con pares, pacientes y familiares, lo cual hace que las instituciones con mujeres al mando, mejoren sus relaciones y su eficiencia en relaciones públicas. Las mujeres líderes aseguran a las generaciones más jóvenes que lo han logrado gracias a 3 actitudes: excelencia académica personal, trabajo duro y cuidado al construir su femineidad en un entorno hostil. Para conseguir que la integración total del género femenino sea posible, es necesario que los involucrados en la formación de recursos humanos en salud, así como las instituciones busquen eliminar los obstáculos a los que se puede enfrentar. La resiliencia y el cambio de políticas son lo que podrá ayudar al posicionamiento de las mujeres en posiciones de liderazgo.
The number of women studying Medicine has been increasing from 6 to almost 50% in the last 20 years. However, only a few of these women can achieve high responsibility positions and decision making, in the clinical and academic area, since they face social, cultural, and personal problems. Nowadays women have developed better and more efficient ways of communicating with peers, patients and family members, which means that institutions with women in charge improve relations and efficiency in public relations. Women leaders assure younger generations that they have achieved it thanks to three attitudes: personal academic excellence, hard work and care in building their femininity in a hostile environment. In order to achieve total integration of the feminine gender, it is still necessary that those involved in the training of human resources in health, as well as the Institutions, look forward to eliminating the obstacles that may be faced. Although the outlook may seem daunting, it is precisely resilience and policy change that may help to position women in leadership positions, eliminate biases and ideologies to prepare for the very near future.