Luis Miguel Noriega, Marcela Castillo, Maria Elena Santolaya
Chile tiene una tasa de médicos de 1,7/1.000 habitantes, menor al promedio de los países de la OCDE (3,2/1.000). Considerando el número de facultades de medicina (22) y de egresados por año (se proyectan para el quinquenio 2015-2020 10.883 nuevos médicos), esta falencia se podrá solucionar en un plazo razonable. Hay en el país facultades de medicina públicas y privadas, con un sistema único de admisión en el que se considera el rendimiento de la etapa escolar, pruebas específicas de selección universitaria y ajustes de acuerdo con el origen del estudiante, con el objeto de mejorar la equidad en el acceso. La acreditación de la carrera de Medicina es obligatoria para todas las universidades y los criterios de titulación son dependientes de cada centro. Hay un examen de habilitación que mide competencias teóricas para los egresados de universidades chilenas y además uno práctico para quienes estudian en el extranjero. El Ministerio de Salud de Chile ha estimado que existe en el país un déficit de especialistas, además de un problema de distribución geográfica de los mismos. Para superar progresivamente esta situación, el Estado ha desarrollado un plan expansivo de programas de especialización, bajo un estricto sistema de acreditación de calidad, tomando en cuenta que los programas de especialización en Chile son universitarios. El Estado financia la mayor parte de los programas de formación de especialistas, exigiendo a los graduados un tiempo de trabajo en la red pública de salud al finalizar sus programas. Cada centro universitario puede a su vez financiar programas propios con períodos de devolución en la misma institución. La acreditación y reacreditación de especialistas dependen de estructuras reguladas por el Estado.
Chile has a physician rate of 1.7/1,000 inhabitants, lower than the average of the OECD countries (3.2/1,000). The country currently has 22 medical schools and more than 10,000 new doctors are expected by 2020. There are public and private medical schools in the country, with a unique system of admission that considers the qualifications of secondary education, specific tests of university selection and adjustments according to the origin of the students, in order to improve equity in access. Accreditation of a medical degree is a requirement for all universities. At the end of the course, there is an habilitation exam that measures theoretical competences for graduates of Chilean universities and also a practical one for those studying abroad. The Ministry of Health of Chile has estimated that there is a shortage of specialists in the country, as well as a problem of geographical distribution. To progressively overcome this situation, the state has developed an expansive plan of specialization programs, under a strict system of quality accreditation, taking into account that the specialization programs in Chile are all dependent on universities. The state supports most specialist training programs, requiring graduates to work in the public health network at the end of their programs. Each university can finance its own programs with repayment periods in the same institution. The accreditation of specialists depends on structures regulated by the state.