Paula Rojas García, Fernando Jesús Antoñanzas Villar
RESUMEN Fundamentos: Los contratos de riesgo compartido (CRC) presentan un novedoso instrumento de gestión sanitaria que condiciona el pago a la compañía farmacéutica dependiendo de si el paciente tratado con su fármaco es curado con éxito. El objetivo de este trabajo fue conocer la percepción de los profesionales sanitarios acerca de la utilidad de dichos acuerdos en el Sistema Nacional de Salud español. Métodos: Se diseñó un cuestionario para realizar una serie de entrevistas semiestructuradas con profesionales de farmacia hospitalaria, laboratorio y oncología de hospitales españoles de Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, La Rioja, País Vasco y Navarra. El criterio de selección fue de conveniencia. El periodo de realización de las entrevistas fue de abril a noviembre de 2017. Se efectuó un análisis cualitativo a partir de las respuestas de 14 entrevistas. Resultados: Todos los encuestados afirmaron que los CRC permiten mejorar la gestión económica y administrativa del hospital, destacando el control presupuestario, la obtención de financiación y la posibilidad de ahorro como ventajas principales. Los CRC son percibidos (13 de 14 entrevistados) como acuerdos con implicaciones positivas para la salud porque aumentaban el portfolio de tratamientos disponibles y porque los tratamientos introducidos contaban con una mayor eficacia. La necesidad de los CRC de registrar a los pacientes implicaba un seguimiento y control que también se entendió contribuía a la mejora de su salud. Además, los CRC se creyó (8 de 14 entrevistados) que favorecían la introducción de la medicina personalizada (MP) ya que tanto la MP como los CRC dependen e impulsan la elaboración de pruebas diagnósticas, ya sea por motivos de cribado (MP) o de aumentar las evidencias clínicas para mejorar los resultados económicos (CRC). No obstante, se consideró que la firma de los CRC conlleva la necesidad de modificar ciertas normativas (5 de 14 entrevistados), de aumentar las plantillas para encargarse de tareas burocráticas, como la elaboración de registros, y también de incrementar las pruebas de laboratorio, lo cual puede complicar la gestión sanitaria. Conclusiones: En general, los CRC contaron con opiniones positivas acerca de su aplicación aunque deba trabajarse para mejorar el contexto normativo y organizativo de modo que la complejidad adicional que incorporan no constituya una traba para extender su uso. Además, se detectaron sinergias entre los CRC y la MP.
ABSTRACT Background: Risk-sharing contracts (RSC) present a novel management tool, which link the payment to the pharmaceutical company to health outcomes. The objective of this work was to know the perception of health professionals about the utility of these agreements in the Spanish National Health System. Methods: A questionnaire was designed to conduct a series of semi-structured interviews with hospital pharmacy, laboratory and oncology professionals from Spanish hospitals in Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, La Rioja, País Vasco and Navarra. The selection criteria was for convenience. The interview period was from April to November 2017. A qualitative analysis was performed based on the responses from 14 interviews. Results: All the surveyed affirmed that the CRCs allow to improve the economic and administrative management of the hospital, emphasizing as main advantages the budgetary control, the obtaining of funding and the savings possibilities. CRCs are perceived (13 of 14 respondents) as agreements with positive health implications because they increased the portfolio of treatments and had greater efficacy. The need for CRCs to register patients, involved monitoring and control, also contributed to the improvement of their health. In addition, CRCs were believed (8 out of 14 respondents) to facilitate the introduction of personalized medicine (MP) as both depend on diagnostic tests, one for screening reasons (MP) and the other for obtain clinical evidences that improve economic outcomes (CRC). However, it was considered that signing the CRCs entails the need to modify certain regulations (5 out of 14 respondents) as well as to increase the number of staff to handle bureaucratic tasks and to increase laboratory tests, which can complicate health management. Conclusions: Qualitative social research techniques have proven to be useful for gathering information on a new topic and understanding the perception of the advantages and disadvantages of CRCs, as well as their association with the MP. In addition, synergies were detected between the CRCs and the MP. Respondents had positive opinions on CRCs about its application, although work must be done in order to improve the normative and organizational context so that the additional complexity that they incorporate does not constitute an obstacle to extend its use.