Cada vez se le da una mayor importancia a la promoción en la población de una alimentación saludable. La edad infantil es una época clave en este sentido. No es fácil la tarea de establecer recomendaciones claras y permanentes, debido a la dificultad para realizar investigación de calidad en nutrición, al carácter cambiante de la evidencia en ocasiones y al influjo que intuimos puede realizar la industria alimentaria. Para evitar la confusión que a veces llega a la población, los profesionales sanitarios deben ser conscientes de estas dificultades y transmitir dichas recomendaciones con la mayor prudencia y rigor posibles.