Belén González Alcantud, J Leo Roca, D Díez Moreno, J De la Cruz Ortiz, Carmen Martín Salinas
Objetivos: Identificar posibles deficiencias nutricionales y establecer los diagnósticos enfermeros más prevalentes en personas mayores no institucionalizadas.
Material y métodos: Proyecto piloto en el que se ha utilizado la herramienta Mini Nutritional Assessment a personas de nuestro entorno, mayores de 65 años, que viven en su domicilio y aparentemente en buen estado de salud.
Resultados: Se han realizado 24 encuestas a personas mayores, con una media de edad de 82 años y un rango entre los 68 y los 90 años. Todos presentaban riesgo nutricional, siendo alto en 19 de ellas. Se han identificado cuatro diagnósticos enfermeros que, por orden de frecuencia son:
“deterioro de la deglución”, “Ingesta inferior a las necesidades”, “Déficit de autocuidado: alimentación” y “gestión ineficaz de la propia salud”. Sin embargo, en ningún caso, ni la familia ni la propia persona, habían considerado la posibilidad de consultar con su médico o enfermera por suponer las causas del riesgo como normales a consecuencia de la edad.
Conclusiones: La valoración del riesgo nutricional mediante herramientas de cribado, es un requisito esencial en la atención de los adultos mayores no institucionalizados y con autonomía funcional, al tratarse de un segmento de población que, aunque no suelen presentar problemas de malnutrición, si pueden estar en situación de riesgo, que puede pasar desapercibido por su autonomía o por su aparente buen estado de salud.
Objetives: Identify possible nutritional deficiencies and establish the most prevalent nursing diagnoses in non-institutionalized older people.
Material and methods: It has been carried out an exercise in which students have applied the Mini Nutritional Assessment tool to people over 65 years old of our environment who live in their own homes and apparently in good health condition.
Results: 24 surveys have been carried out to old people with an average age of 82 and an age range of 68 to 90. All of them had nutrition risk and it was high in 19 of them. Four nursing diagnoses have been identified (by order of frequency):
“Impaired swallowing”, “Imbalanced nutrition: less than body”, “Feeding self-care deficit”, “Ineffective health management”. However, neither the family nor the tested person had considered the possibility of consulting their general practitioner or community nurse because they assumed this risk was part of normal aging process Conclusions: The assessment of nutritional risk by screening tools is an essential requirement in the care of noninstitutionalized elderly people with functional autonomy.
Despite the fact that they do not usually suffer malnutrition problems, this segment of population may be in an unnoticed risk situation because of their autonomy and their apparent good health status.