Juan Carlos Rubio Sevilla
Hace 30 años apenas se disponía de nitroglicerina, ácido acetil salicílico, cloruro mórfico y heparina para el tratamiento del síndrome coronario agudo (SCA) y el infarto se clasificaba en función de la presencia o ausencia de onda Q patológica. En los últimos años ha disminuido la variabilidad de la práctica clínica del paciente SCA en España y en el mundo.
Se han producido muchos cambios, como en la ampliación del arsenal terapéutico, nuevos fármacos combinados (policomprimidos) y productos sanitarios. También se han producido otros cambios en la evidencia científica en virtud de múltiples estudios, cambios estructurales y de funcionamiento, mejoras en la atención prehospitalaria, etc. La mayor complejidad de estos pacientes hace necesario un abordaje multidisciplinar, con coordinación entre niveles asistenciales y una protocolización de la atención sanitaria desde el primer contacto hasta el seguimiento crónico.
La enfermera de cardiología tiene la responsabilidad de implementar en su práctica clínica estos conocimientos para permitir que sigan mejorando el diagnóstico, el pronóstico y la supervivencia de este tipo de pacientes. Los cuidados deben guiarse por la seguridad dentro de la importancia que el factor tiempo tiene en estos pacientes.
Thirty years ago, nitroglycerin, acetylsalicylic acid, morphic chloride and heparin were hardly available for the treatment of acute coronary syndrome (ACS), and infarction was classified depending on the presence or absence of pathological Q wave. In recent years, the variability in the clinical practice of patients with ACS has decreased in Spain and around the world. There have been many changes, such as in the expansion of the therapeutic arsenal, new combined drugs (polytablets) and health products. There have also been other changes in scientific evidence by virtue of multiple studies, structural and operational changes, improvements in prehospital care, etc. The higher complexity of these patients requires a multidisciplinary approach, with coordination among care levels and a protocolization of health care from the first contact to chronic follow-up. The cardiology nurse has the responsibility to implement this knowledge in her clinical practice so as to allow the diagnosis, prognosis and survival of this type of patient to go on improving. Care provided must be guided by safety within the importance that the time factor has in these patients.